lunes, 5 de mayo de 2008

UN PRECURSOR DE LA AVIACION

Posiblemente uno de los personajes más populares del viejo Avilés, haya sido "Cachicuerno", pobre de solemnidad, una mezcla de juglar y romántico precursor de inventos, que desde que se había licenciado del ejercito recorría diariamente las calles de la villa siguiendo el especial itinerario de un plano original que había confeccionado de acuerdo con el santoral; conocía el nombre de todos lo capitalistas de Avilés, y con acuerdo a una lista, con múltiples anotaciones, les hacía visitas para ofrecerles un solo de corneta, homenaje de felicitación el día de su santo. Cachicuerno había sido corneta durante el servicio militar y desde entones utilizaba aquel instrumento musical como medio de vida... Aquel itinerario tenía lugar a diario en un ciclo que duró años y años.
Pero aquel hombre sin más cultura que su propia imaginación y su ingenio, tenía ciertas inquietudes cieníficas, por aquellos años comenzaban a experimentarse los primeros ingenios voladores que apenas lograban sostenerse en el aire el tiempo suficiente para que el audaz piloto diera con sus huesos en el suelo. Cachicuerno se contagió de aquella fiebre que despertó en él un nuevo afán de aventuras aereas: un día cualquiera, despues de una de aquellas dianas de felicitación, se fue hasta el puente de San Martin para realizar el primer experimento volador que registra la historia de Avilés. Se colocó sobre el petril del puente y con los brazos extendidos se lanzó al espacio desde una altura de más de cinco metros. El aterrizaje fue desastroso: el aprendiz de aviador se rompió un brazo y su cuerpo quedó cubierto de magulladuras. Los viejos avilesinos no recuerdan que el popular corneta hubiera realizado ningún otro intento

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