Mal andaría Avilés en cuestiones benéficas en el primer tercio del siglo XIX, cuando el ayuntamiento, en sesión celebrada el 8 de Febrero de 1837, acordó constituir la Junta de Beneficencia, que se incorpora a la vida activa el día 9 de Marzo del mismo año, presidiéndola el entonces alcalde Don Nicolás Arango, y compuesta por Don Modesto Fernández Bango, como secretario; Don Leoncio de Zaldúa, como contador; y, como vocales, Don José Rodriguez de la Flor, Don Galo de los Alas Pumariño, y el párroco de Santo Tomás de Sabugo, Don José Galán del Gallo, en su condición de sacerdote más antiguo de la Villa.
La nueva Junta de Beneficencia, acordó en su primera sesión solicitar al Ayuntamiento se le facilitase un local adecuado para instalar en él un albergue de mendigos y enfermos, que bién pudiera ser alguna de las dependencias del viejo convento de la Merced, en cuyo solar se erigió a principios del siglo XX, el bellisimo templo dedicado a nuetra Señora de la Merced, parroquia de Santo Tomás de Cantorbery. Para dar forma a esta petición fueron designados por la corporación municipal los regidores Don Ramón González Llanos y Don José Rodríguez Villamil. En la Junta que hacemos referencia se acordó también, solicitar de la Fundación Solís diese cuenta de sus ingresos. Hay razones más que suficientes para creer que dicha Fundación se refiera a alguna de las establecidas por el clérigo avilesino Don Pedro Solís. Con fecha 22 de Mayo de 1840, la Junta de Beneficencia solicita en la diputación provincial, se le autorize para establecer un hospital de Caridad en el edificio existente en la calle de Rivero, erigido en el año 1515 por Don Pedro Solís como albergue de peregrinos, solicitud a la que accede por aquel organismo, solicitud a la que se accede por aquel organismoprovincial. De acuerdo con esa autorización al hospital de Caridad, una vez efectuadas las obras de acondicionamiento necesarias, se inagura solemnemente el día 28 de Marzo de 1841.